La Diligencia
Según el diccionario[i],
un hombre o mujer diligente es “Pronto, presto, ligero en obrar. Cuidadoso,
exacto y activo”. Un trabajador
diligente se esfuerza por hacer lo que se le pide, especialmente lo que su jefe
tiene como prioridad (como veremos en un blog más adelante) pronto, con
cuidado y minuciosidad. No espera hasta el último momento para ejecutar la
labor asignada.
Otra definición para diligente según
Bible.com [ii]es
alguien “que pone mucho interés, esmero, rapidez y eficacia en la realización
de un trabajo o en el cumplimiento de una obligación o encargo”.
La Biblia llama la atención sobre
la importancia de tener diligencia en nuestras vidas. A continuación, se verá
los beneficios que la diligencia trae en relación con el trabajo.
Ascensos en el Trabajo
En Proverbios 22:29 [iii]se
describe “¿Has visto hombre solícito en su trabajo? Delante de los reyes
estará; No estará delante de los de baja condición”. Si una persona desea
crecer laboralmente y tener mejores ingresos, no cabe duda de que la diligencia
debe ser una prioridad. Hablamos de una persona que rápidamente atiende las
necesidades de sus jefes (no necesariamente las suyas), entiende cuáles son las
tareas o metas más relevantes en la mente de su figura de autoridad y
rápidamente lo ejecuta con excelencia.
Según la Biblia, más importante que
una alta inteligencia o intelectualidad, es hacer de las prioridades de un
jefe, las propias. Incluso a un joven que empieza su carrera se le puede
predecir su futuro laboral, o la rapidez de su ascenso en la escalera
organizacional, con solo observar el nivel de diligencia que posee. Claro que
Dios es soberano y cualquier cosa puede pasar.
Esta persona será contratada por
las mejores empresas, trabajará para ejecutivos o personas de un nivel significativamente
más alto, ciertamente tenderá a cada vez estar más cerca de los reyes o quienes
tienen la mayor autoridad.
Llegar a ser el
jefe
Lo anterior también aplica para
puestos de jefatura o incluso liderazgo. La Biblia afirma en Proverbios 12:24[iv]
“La mano de los diligentes señoreará; Mas la negligencia será tributaria”. Esto
tiene perfecto sentido, porque un jefe o líder difícilmente puede ser un flojo,
pues en tal caso la organización se vendría abajo. Si hay una característica en
la mayoría de los jefes, al menos en aquellos que permanecen en su trabajo por
bastante tiempo, es que trabajan fuertemente por su empresa.
La Pereza
Al contrario de la diligencia, la
pereza provoca que una persona se empobrezca de varias maneras:
Tienen peores posiciones laborales
Como dice Proverbios 12:24 “La negligencia será tributaria”.
En otras palabras, quienes no tienen diligencia serán esclavos. Estas personas
difícilmente podrán salir adelante en los negocios, pues nadie quiere perder
dinero por tener malos empleados en puestos importantes, sus jefes les darán
posiciones mediocres o peor pagadas.
No cuidan lo que tienen
La Palabra dice en Eclesiastés 10:18[v]
“Por la pereza se viene abajo el techo; por la flojera se viene abajo la casa.”
Conozco la historia de un señor a quien sus padres al morir le dejaron de
herencia una casa y más de diez mil dólares en efectivo. Pasó el tiempo, y esta
persona transformó esto en una deuda por más de tres mil dólares y una orden
para quitarle su casa. Si bien esto se explicaba también por sus vicios, el
hombre permaneció sin buscar trabajo activamente por un tiempo considerable, y
terminó perdiendo lo que tenía.
No se esfuerzan lo suficiente
En Proverbios 19:15[1],
dice así: “La pereza hace caer en profundo sueño, Y el alma negligente padecerá
hambre”. Quien no logra controlar la pereza no sacará su emprendimiento
adelante, no cumplirá las metas de sus jefes por lo cual será despedido, no se
esforzará tanto como sea posible con tal que su familia no padezca hambre.
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