La Sujeción a la Autoridad
Normalmente quienes logran crecer y salir adelante son aquellos trabajadores que hacen de las prioridades de sus jefes, las suyas y se esfuerzan en esa dirección. La Palabra dice en Proverbios 27:18: “Quien cuida la higuera comerá su fruto, Y el que mira por los intereses de su señor, tendrá honra.” ¡Qué verdad tan maravillosa!
Había un muchacho que se esforzaba según sus jefes le mandaban, aunque era un poco lento para ejecutar, también aprendía de herramientas nuevas para agregar valor. En un año y un poco más ,logró salir adelante y ganó una promoción. Por otro lado, existía una persona que perdió su trabajo pues entregaba solamente un veinte por ciento de sus metas trimestrales, y la única que sí conseguía estaba relacionada a su pasión fuera del trabajo.
La sujeción a la autoridad es difícil, porque implica ser humilde para reconocer que esa autoridad viene de Dios, y es como si Dios mismo estuviera pidiendo esas prioridades, o estuviera dando esa orden. Como la Palabra dice en Romanos 13:1: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas”. Daniel sabía esto muy bien, y por esta razón sirvió a los reyes de Babilonia, Media y Persia que antes habían conquistado a su amada Jerusalén y matado a los reyes de quien Él era pariente, dejando el orgullo vio la mano de Dios en esto.
Sujetarse a las autoridades en ninguna circunstancia significa permitir sus abusos (de ningún tipo) porque la Palabra dice “—¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres!” en Hechos 5:29, y nos estaríamos contradiciendo porque Dios nos ama tanto que envió a su Hijo a morir en la cruz. Además, cualquier jefe que cometiera abusos estaría infringiendo la ley del país, por lo que no están obedeciendo a las autoridades en primer lugar.
Por otro lado, si un trabajo tiene áreas negativas, hemos perdido paz en el corazón o nos ofrecen algo mejor, debemos pedir a Dios que nos dé dirección. Debemos saber que Dios habla de muchas maneras distintas, pero algunas de ellas son las siguientes:
- Su Palabra (por ejemplo, Salmos 119:33 “Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos, Y lo guardaré hasta el fin”.)
- La oración o respuestas de oración (2 Samuel 5:23 “Y consultando David a Jehová, él le respondió: No subas, sino rodéalos, y vendrás a ellos enfrente de las balsameras”.)
- Las circunstancias (Génesis 41:31 y 33 “Y aquella abundancia no se echará de ver, a causa del hambre siguiente la cual será gravísima”, “Por tanto, provéase ahora Faraón de un varón prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto”.)
- El consejo de personas sabias (Proverbios 11:14 “Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; Mas en la multitud de consejeros hay seguridad.”)
- La paz en el corazón (Jueces 7:15: “Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, adoró; y vuelto al campamento de Israel, dijo: Levantaos, porque Jehová ha entregado el campamento de Madián en vuestras manos.”)
Sin embargo, mientras Dios nos tenga en un trabajo, debemos hacerlo con excelencia, sabiendo que servimos a Dios, no a un jefe terrenal solamente. Al hacerlo, caminamos en la dirección que Él tiene para nosotros, con un impacto positivo en las finanzas personales.
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